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“IA en tribunales británicos: cuando la justicia enfrenta precedentes fantasma”

El reciente pronunciamiento del High Court británico sobre el uso de precedentes falsos generados por inteligencia artificial (IA) constituye un hito en la relación entre tecnología y derecho. El tribunal advirtió que la presentación de jurisprudencia inexistente, sin verificación mínima, compromete la integridad del sistema judicial y puede configurar delitos graves como el perverting the course of justice.

Este caso revela varias aristas críticas:

  1. Responsabilidad profesional: La obligación de los abogados de verificar la autenticidad de los precedentes es ineludible. La IA puede ser una herramienta de apoyo, pero nunca un sustituto de la diligencia humana. La negligencia en la supervisión erosiona la confianza pública en la abogacía.

  2. Ética y deontología jurídica: La formación de abogados y jueces debe incorporar competencias digitales, pero también advertencias sobre los riesgos de delegar ciegamente en sistemas algorítmicos. El Bar Standards Board y la Solicitors Regulation Authority fueron notificados, reflejando que la dimensión ética es tan importante como la técnica.

  3. Impacto sistémico: La proliferación de “alucinaciones” de IA en escritos judiciales no es un fenómeno aislado. Ya se han registrado más de cien casos a nivel global, lo que obliga a pensar en estándares internacionales de uso responsable en entornos jurídicos.

  4. Tecnología y derecho procesal: El caso interpela al derecho procesal sobre la admisibilidad y control de documentos producidos con IA. Surge la necesidad de protocolos de verificación documental antes de su incorporación al expediente judicial.

En conclusión, el fallo británico no solo sanciona conductas puntuales, sino que lanza una advertencia global: la IA en la práctica legal debe usarse con rigurosa supervisión profesional, pues el riesgo no es solo la nulidad procesal, sino el descrédito de la justicia misma.

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